" Una revista terapeútica que busca mejorar TU calidad de VIDA"

La culpa y el perdon en el duelo (Perspectiva Religiosa)

La culpa y el perdón en el duelo
Dimensión espiritual

Por: P. Sixto Azabache Castro


Se puede aprender a sobrellevar dignamente un duelo ante el fallecimiento de un ser querido, sin dejarnos arrastrar por el dolor y la depresión.
Podemos convertir nuestro duelo en una manifestación de amor y en un homenaje que dignifique la memoria del ser querido que se nos ha adelantado.
Una de las principales razones por las cuales se nos hace tan difícil asimilar y afrontar la muerte de un ser querido es nuestro desconocimiento y falta de aceptación socio-cultural al proceso de la muerte.
Es también importante entender y asumir que no sólo se mueren las personas de mayor edad, padres o abuelos, también permanentemente están muriendo personas jóvenes y su fallecimiento, por ser más inesperado, es doblemente doloroso.
El segundo punto para entender y asumir las dificultades emocionales ante un proceso de duelo es: que a raíz de nuestro rechazo o bloqueo de la idea de la muerte como un hecho lógico, lo que normalmente hacemos es asumir una actitud de "desplazamiento" o de "despersonalización" de la muerte. Tratamos de mantenernos alejados, distantes, como que el asunto "no es con nosotros".
Es responsabilidad personal, de cada doliente y de cada pariente, iniciar su proceso de duelo cerrando los ciclos, vale decir: agradecer, perdonar, pedir perdón y despedirse.
Se debe asumir la aceptación y la concientización del proceso de duelo desde el acontecimiento, con respeto y amor, de tal manera que no retrase la resolución del mismo.
Vivir responsablemente un proceso de duelo no significa "olvidar a...", no; tampoco significa "dejar de amar", no; tampoco: "evadir o negarse los recuerdos gratos y valiosos", no; proceso de duelo no significa negar el dolor, ni esconderlo, no!
Superar un duelo también significa que estaremos en condiciones anímicas y emocionales para hacernos cargo responsablemente de nuestros deberes laborales, sociales, familiares, personales y económicos.
Estaremos en condiciones de convertir nuestra vida en una serie de vivencias positivas que sean un homenaje digno a la memoria del ser querido ausente.
Es reencontrar motivos y razones para continuar viviendo, admitiendo inclusive la posibilidad de volver a sonreír, de volver a encontrar momentos felices, de volver a compartir normalmente.
Sobrellevar o superar un proceso de duelo quiere decir: poder volver a dormir con verdadera calma y tranquilidad para reponer energías, sentir que el apetito se normaliza, poder volver a trabajar con idoneidad y capacidad.
Un obstáculo que se presenta con mucha frecuencia es el "sentimiento de culpa", ya que casi siempre podremos encontrar motivos y razones para decirnos: "si yo le hubiese dedicado más tiempo; si yo le hubiese tenido paciencia; si yo le hubiera dicho que no, o si yo le hubiera dicho que si; si yo le hubiera acompañado; si yo no le hubiese pedido que fuera por allá; si yo... Esto o aquello"; etc.
El sentimiento de culpa, en la mayoría de los casos es solo un autoreproche ilógico por haber hecho, dicho o dejado de hacer o de decir algo que en su momento era lógico, normal y hasta conveniente.
Limitémonos a perdonar, a comprender, a respetar su memoria y a conservar "dentro de nuestro corazón" una actitud afectuosa, respetuosa y amorosa, como homenaje sincero hacia nuestro ser amado, ahora ausente.
El perdón libera de los aspectos emocionales que generan el sufrimiento y el dolor.
No importa el motivo por el cual uno esté sufriendo o sumergido en la experiencia dolorosa, liberarse de todo lo que se pueda a través del perdón tanto recibiéndolo como otorgándolo, es un bálsamo que disminuye la experiencia dolorosa.
Recuperar la paz interior, aprovechar el propio tiempo de vida en forma más positiva.
El perdón significa volver a ser libre en lugar de dejarse atar por las fantasías y los recuerdos del ser querido que partió.
Es un acto de auto liberación personal, muchas veces a pesar de que, aquél o aquélla a quien se le otorga, pudiera, ni siquiera merecerlo.
¿por qué nos cuesta tanto trabajo perdonar? 
1.      Porque no hemos sido educados en el perdón.
2.      Porque algunos hemos sido educados para tomar venganza, desde niños.
3.      Porque vivimos esclavizados por una cultura de la venganza.
4.      Porque el propio orgullo no nos permite hacerlo.
5.      Porque hemos permitido que nuestro deseo de venganza se vuelva resentimiento.
6.      Porque echamos la culpa a dios como si nos hubiese arrebatado a nuestro ser querido.
El ogro y el sufí
Un maestro sufí, que atravesaba solo una desolada región montañosa, fue repentinamente enfrentado por un ogro, un vampiro gigante, el cual dijo que lo iba a destrozar. El maestro dijo: "muy bien, prueba si quieres, pero yo puedo vencerte, pues soy, en más sentidos de los que tú piensas, inmensamente poderoso." tonterías, dijo el vampiro, tú eres un maestro sufí interesado en cosas espirituales. Tú no puedes vencerme, pues yo cuento con la fuerza bruta, y soy treinta veces más grande que tú. "si deseas confrontar fuerzas, toma esta piedra y exprime líquido de ella, dijo el sufí. Alzó una piedra y se la entregó. El vampiro hizo varios intentos sin obtener resultado. "es imposible, no hay agua en esta piedra, muéstrame tú si la hay." en la semioscuridad, el maestro tomó la piedra, sacó un huevo de su bolsillo, y los apretó juntos, apoyando su mano sobre la del vampiro. Este quedó impresionado; pues con frecuencia la gente se impresiona por cosas que no entiende, valorándolas más allá de lo que por su propio interés debería.
"debo pensar sobre esto", dijo, ven a mi cueva y te daré hospitalidad por esta noche." el sufí lo acompañó a una inmensa caverna, sembrada con las pertenencias de miles de viajeros asesinados, una verdadera cueva de aladino. "acuéstate aquí, a mi lado, y duerme", dijo el vampiro, "y mañana sacaremos conclusiones." se acostó y se durmió inmediatamente.
Prevenido por instinto de una traición, el maestro repentinamente sintió un impulso de levantarse y situarse a cierta distancia del vampiro. Hizo esto, después de arreglar la cama de tal modo que éste pensara que aún permanecía allí.
Ni bien se ubicó a prudente distancia del ogro, éste despertó. Tomó un tronco con una mano y asestó siete poderosos golpes al bulto en la cama. Luego se acostó, y dijo al vampiro: !oh, vampiro! Tu caverna es confortable, pero he sido picado siete veces por un mosquito. En verdad, deberías hacer algo al respecto."
Esto impresionó tanto al vampiro, que no osó intentar un nuevo ataque. Después de todo, si a un hombre un vampiro lo golpea siete veces con todas sus fuerzas con un tronco.
Por la mañana el vampiro arrojó al sufí un enorme cuero de buey diciéndole: "tráeme agua para el desayuno, de modo que podamos hacer té." en vez de recoger el cuero (al que difícilmente hubiera podido levantar) el maestro caminó hacia el cercano arroyo y comenzó a cavar un pequeño canal hacia la caverna. El vampiro comenzaba a tener sed: "por qué no traes el agua?"
"paciencia, mi amigo, estoy haciendo un canal permanente para traer agua fresca directamente a la entrada de la caverna, de modo que nunca tengas que acarrear agua en un cuero." pero el vampiro estaba demasiado sediento para esperar. Alzando el cuero, se dirigió con paso largo hacia el arroyo y lo llenó él mismo. Cuando el té estuvo hecho, bebió varios galones, y sus facultades mentales comenzaron a funcionar un poco mejor "si tú eres tan fuerte y me has dado prueba de ello por qué no puedes cavar el canal más rápidamente, en vez de hacerlo pulgada por pulgada?"
El maestro contestó: "porque nada que en verdad valga la pena hacerse, puede realizarse correctamente sin el empleo de una mínima cantidad de esfuerzo. Cada cosa requiere una adecuada cantidad de esfuerzo; y yo estoy aplicando el mínimo necesario para la excavación del canal. Además, sé que a tal punto eres una criatura de hábitos, que seguirás usando el cuero de buey.“
Meditamos un momento el sentido de la historia: ¿qué me dice? ¿qué simbolizan los personajes y los lugares?
El sufí es cada uno de nosotros y que en las circunstancias más importantes de la vida, estamos realmente solos, en las regiones montañosas, o sea en los momentos cumbre de nuestra existencia.
En esos momentos, no lo dude nadie, nos encontraremos con ese monstruo, nuestros impulsos y nuestras pasiones, nuestros miedos, el ogro gigante que lleva cada uno de nosotros dentro de sí mismo.
El perdón
"padre, perdónalos porque no saben lo que hacen", (lc. 23,34);
Mt. 6, 14-15:
si ustedes perdonan a los hombres sus ofensas, los perdonará también a ustedes su padre celestial; pero si no perdonan a los hombres, tampoco su padre perdonará sus ofensas.
Mt 6.9:
ustedes pues oren así: padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre; venga tu reino; hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal.
I cor 13, 4-7:
el amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no es jactancioso, no se engríe; es decoroso; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta.
Gál 5. 14: pues toda la ley alcanza su plenitud en este solo precepto: "amarás a tu prójimo como a ti mismo." pero si se muerden y se devoran mutuamente. Miren no vayan mutuamente a destruirse

ef. 4, 30-32: toda acritud, ira, cólera, gritos, maledicencia y cualquier clase de maldad, desaparezca de entre ustedes. Sean más bien buenos entre ustedes, entrañables, perdonándose mutuamente como los perdonó dios en cristo.